Los
sesenta años de la 'Peña da Boina'
Artículo Redactado por MILAGROS BARÁ en el Diario de Pontevedra 18/02/2018
La
boina es un distintivo de culturas del norte y de políticas de diferentes
colores, pero nuestra ciudad es cuna desde hace 60 años de la
cultural-gastronómica Peña da Boina: que es azul, con 'rabito' y es la más antigua
de España
LA
BOINA AZUL con rabito, símbolo de toda una cultura norteña tiene sin duda su
máximo exponente con la Asociación Cultural Peña da Boina de Pontevedra, que
tiene su 'refuxio' desde el 2008 en el céntrico local del Bar Fernández
(conocido popularmente como Parvadas), detrás de la iglesia de la Virgen
Peregrina.
En
una simpática entrevista publicada por Revixos en La Noche hablando de la peña
se pregunta el porqué de la boina; lo cierto es que no se sabe mucho de su
origen, pero sí que a mediados de s. XIX se popularizó su uso durante las
guerras carlistas y su decadencia comenzó con la llegada de los automóviles.
La
peña eligió el nombre porque todos usaban boina cuando se fundó el 20 de enero
de 1958, día de San Sebastián, por un grupo de ocho amigos apasionados por el
F.C. Pontevedra, las excursiones, las tertulias y sobre todo las jornadas
gastronómicas: lo que se suele entender por 'la buena vida'. Un ramillete de
pontevedreses a los que les gustaba pasárselo bien y que recuerda, salvando las
distancias, a los divertidos componentes del Club Karepas de Pontevedra.
El
local social estaba en el bar La Dirección, en la antigua calle Princesa. Entre
los apellidos de los primeros asociados que recuerdan Benigno Abelleira y José
Benito Rey estaban: Agrasar, Gago, Acuña, Lerecho, Portela, "porque
tomaban el vino juntos".
Comían
en Campañó en La Viuda, el local que regentaba Maruja que les preparaba de mil amores
"unos flanes de huevo muy ricos cuando se pusieron de moda", o
preparaba una gallina al caldero, recuerda Benigno: "Éramos gente de paz
que nos gustaba la papadela".
Una
peña que también cumple fines sociales, con especial atención a lo largo de su
historia al Asilo de Pontevedra, a San Francisco, a las viudas de los socios,
al Banco de Alimentos y a diversas causas a las que ellos mismos no les dan
publicidad. José Benito Rey matiza que la peña por eso eligió el lema de:
"quien dedica su vida en provecho de los demás". Tienen por tradición
peregrinar cada año santo a la catedral de Compostela y devoción por La Virxen
do Refuxio de La Divina Peregrina.
En
1961 Sprinter se refería a ellos como 'Los de la boina': "estupendo
equipo-son once, además- buenos amigos y gentes de indudable sano humor, cosas
muy importantes en estos tiempos". Sus componentes, en esta fecha, eran:
Joaquín Santiago como presidente, Raúl Portela
Solla (secretario), Manuel Fernández Riveiro (tesorero) y Rogelio Acuña,
Abelardo Caeiro, Anselmo Lago, Julián José Crespo, Joaquín Fernández, Víctor
Guiance y José Peleteiro y Ángel Agrasar. En ese mismo año se menciona la
existencia de un coro de la peña dirigido por el socio Abelardo Caeiro que se
ponía en marcha durante las sobremesas de las comilonas. Por estas fechas
sabemos que se reunían con frecuencia en el Bar Limpias, al lado del puente de
la antigua vía de tren; solía ser al mediodía en una mesa de piedra y bajo una
parra.
Recuerdan
que fue socio de honor el Premio Nobel Camilo José Cela que contactó con la
peña a través de Ángel Agrasar Vidal, amigo de la infancia en Padrón, que en
1989 fue a Suecia acompañado por Benigno Abelleira a la ceremonia de entrega
del premio. Benigno aún conserva el traje que le hizo el sastre Jesús Valiño
para tan solemne acto. Cela también estuvo con la peña en Pontevedra cuando se
inauguró el monumento a Rosalía de Castro y cenaron en el restaurante La Brisa.
También se nombran a simpatizantes embajadores honoríficos si no vivían en
Pontevedra; por ejemplo, Antonio de Ron fue embajador en Lugo o Prada a Tope
que todavía lo es en Cacabelos como embajador en El Bierzo.
En
el 50 Aniversario era presidente Ramón Ricardo Pedras y se editó el nº 0 de la
revista 'A Boina', pero sólo llegó a ver la luz un número más.
Todos
los años hacen una xuntanza con invitados en A Lanzada en el mes de septiembre
que consiste en una comida al aire libre en dependencias de a Deputación de
Pontevedra, "si el tiempo lo permite", explica Pepe Vidal. Hace años
se hacía en una explanada en As Ermitas (A Lama), cambiaron de ubicación porque
ahora si hace mal tiempo. Las juntas a puerta cerrada y las comidas oficiales
las hacen en el Hotel Avenida.
Los
requisitos para entrar en esta sociedad de amigos eran: saber qué eran la peña,
ser simpatizante y "disfrutar con una buena comida", explica José
Benito Rey. "Accedían directamente los hijos de los socios fallecidos y
los hijos de los vivos no", aclara Antonio de Ron que lo tiene claro:
"Hay que rejuvenecer la peña sino se extingue". Pero para entrar a
formar parte de la peña hay que hacer vida y tertulia al uso con el grupo.
Benigno
Abelleira con el número 1 de asociado lleva en entidad desde que tenía
veintitantos años y es el actual presidente. Sobre los mandatos explica:
"El cargo es eterno, dura hasta que dimites". En la actualidad hay 63
socios, con cuatro mujeres, y la junta directiva está formada por: Benigno
Abelleira (presidente), José Benito Rey 'Senito' (vicepresidente), José Vidal
(secretario), Antonio de Ron (contador), Carlos Rived (tesorero), Ángel
Caruncho (vicesecretario) y como vocales José María Gil, Leonardo Calderón,
Arturo Pérez, Edelmiro Barreiro y Manuel Salgueiro.
"Se paga una pequeña cuota anual de 1.500 euros ", dice Antonio sonriendo con ironía; interesante el sentido del humor. No me queda más que desearles:
¡Larga vida a la Peña da Boina!